Inmigracion.

En esta exposición se trata de dar a conocer quiénes son los menores inmigrantes, qué les caracteriza y qué les lleva a toma esas decisiones tan peligrosas en sus vidas poniéndolas en peligro con tal de encontrar una forma de vida digna fuera de sus orígenes.

Estos niños son separados de ambos padres o de la persona que por ley o costumbre les tuviera a su cargo.
Algunas de las razones por las cuales huyen de su país, puede ser por falta de protección, violaciones de derechos humanos o conflictos armados entre otros haciendo relevancia a su gran situación de pobreza.

La mayoría de estos menores son varones Marroquíes ocupando un 89’4%, entre 14 y 17 años cuya situación de origen es difícil.
Al ser victimas de situaciones degradantes en sus estilos de vida, poseen una gran maduración psicológica ya que se tienen que adaptar a un medio que carece de recursos para sobrevivir y hacen que se encuentren es situaciones muy extremas.
Tienen una perspectiva muy distinta de la vida también al tener carencia de escolarización.

Sus principales objetivos son conseguir documentación y un empleo, para así conseguir independencia económica y entonces poder llevar una vida digna.
Tienen una visión de España como poseedora de la fuente de sus deseos para llevar a cabo sus objetivos personales, un futuro mejor no solo para él sino también para la familia que ha dejado atrás.

Hay 2 formas de llegar a España, la legal mediante el asilo y las ilegales que pueden ser mediante pateras, camiones o con algún conocido.

La principales leyes que amparan a estos niños son la Ley Orgánica 4/2000, de derechos y libertades de los extranjeros en España y la Ley 1/1996 del 15 de enero de Protección Jurídica del Menor.

Los factores de riesgos que pueden sufrir son que además de inmigrantes son más vulnerables al ser menores, no disponer de recursos económicos y al cambia de país produce un choque cultural.

Por otro lado, hay que decir que disponen de protecciones en cuanto a su llegada al país de inmigración como el amparo de las leyes anteriormente citadas y la existencia de una red de recursos para su intervención e integración, como los centros de menores.

Cuando llegan, se comprueba que sean menores de 18 años y entonces se les puede derivar a algún centro de acogida mientras se investiga qué se hace con ellos.

Es esencial que obtengan el permiso de residencia y una vez conseguido ya pueden ingresar en un centro de acogida o acogimiento en familias.

En los centros de acogida existen una serie de objetivos básicos y principales para la inserción e integración de estos niños en el país, como pueden ser el aprendizaje del idioma, conocer la cultura del país, hábitos correctos de convivencia, etc.

En la acogida de larga estancia, se procura una formación pre-laboral, inserción escolar, tramites de documentación y búsqueda de hogar.

En las acogidas se intenta ayudar en un principio cuando el menor se encuentra desamparado pero no se actúa con rol paternalista sino con un fin coeducativo en el cual sepan y encuentren la manera de conducir sus vidas con la mayor independencia posible y puedan emanciparse de dichos centros, aprendiendo aspectos muy básicos de la vida diaria que seguramente no hayan desarrollado aun como hábitos de auto-cuidado, normas de vecindario, habilidades laborales, búsqueda y mantenimiento de alojamiento y empleo.


Debemos tener en cuenta cuál es nuestra función a la hora de recibir a estos menores y saber cómo tratarlos para que al fin consigan esa autonomía y condiciones de saber convivir en otro país con una cultura tan diferente a la propia:

Promover la prevención ante la violencia de la violencia y exclusión social.
Informar a las personas que traten con los menores inmigrantes, para que participen activamente en su proceso de intervención.
Normalizar las relaciones interpersonales del menor en su vida diaria.
Dar a conocer al menor de su situación de riesgo, ejerciendo así una prevención ante posibles nuevos riesgos.
Educar ente el ocio y tiempo libre, estableciendo así una educación para la salud ante las drogas y el bienestar social.
Proyectar y personalizar individualmente los proyectos educativos.
Realizar habilidades sociales y competencias para informar de los conflictos y problemas establecidos en la interacción diaria del menor.
Dotar de los instrumentos necesarios al centro para la elaboración de programas y solución de conflictos.
Seguir y evaluar el proceso de integración del menor de forma conjunta, es decir, entre los menores y los profesionales.

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